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Un trastorno funcional consiste en la presencia de síntomas (el más frecuente de todos es el dolor), en el que no se encuentran alteraciones detectables en la exploración del paciente ni en las pruebas que se solicitan para su estudio (es decir, todas las pruebas son normales).
Muchos niños con dolor articular, cefalea o dolor abdominal presentan un trastorno funcional. De ahí la importancia de ser valorados en una unidad multidisciplinar.
La Unidad de Trastornos Funcionales se crea para tartar a los pacientes que en edad infantil tienen problemas de:
- Neurología ( cefalea)
- Digestivo ( dolor abdominal)
- Reumatología ( dolor articular)
¿Cómo manifiestan sus problemas?
Al no saber bien explicar qué les pasa, ellos nos lo transmiten de tres formas:
- Me duele la cabeza
- Me duele la tripa
- Me duelen los tobillos, rodillas, muñecas…
Esta Unidad se crea para poder diferenciar entres las afectaciones orgánicas (por ello pasan primero con Pediatría), de las funcionales (pasando a continuación con Psicología).
De este modo damos al paciente una atención integral con un diagnóstico precoz que mejora el pronóstico, ya que los trastornos psicosomáticos pueden tener un alto impacto en la calidad de vida de estos pacientes.
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